La lengua samaritana pertenece a la rama semítica de la familia afroasiática. Se trata de una forma del arameo occidental en la que se pueden distinguir tres etapas:

• Desde el siglo IV a. C. al VIII d. C. el samaritano fue escrito y hablado, produciéndose la traducción del Targum samaritano.

• Del siglo IX al XII se produce el desplazamiento de la lengua hablada por el árabe, aunque sigue escribiéndose.

• Siglo XIII en adelante, deja de hablarse y comienza a crecer una lengua híbrida literaria, influida por el hebreo y el árabe.

El autónimo es šamerim, de la raíz šmr.

Cuando los asirios subyugaron al Reino de Israel en el 721 a. C., muchos samaritanos no fueron deportados junto con los otros israelitas a Babilonia y de ese pueblo, afirman los samaritanos, es de donde proceden los samaritanos actuales. Tras el exilio, cuando Ciro dio permiso para la construcción del segundo templo, los judíos rechazaron la ayuda samaritana, lo que obligó a éstos a construir su propio templo en la ciudad de Nablus, al norte de Jeruslaén, siendo esa ciudad su capital espiritual desde entonces. Actualmente hay unos cientos de samaritanos que viven en Nablus y en Holon (cerca de Tel-Aviv). Incluso como lengua culta, el samaritano está moribundo, siendo el medio cotidiano el árabe en Nablus y el hebreo moderno en Holon.

Los nombres en samaritano son masculinos o femeninos, con dos nombres, singular y plural y tres estados: absoluto, constructo y enfático o definido.

Los pronombres personales son los siguientes:

El pronombre demostrativo es dan/aden, con variantes 'esto'; a'u/a'i 'eso'. El interrogativo es man '¿quién?', man da 'el que...'

Los verbos son triliterales, fuertes y débiles, teniendo los últimos la laringeal w o j en posición inicial, media o final en la raíz. Un verbo es débil también si la segunda o tercera persona son idénticas.

El orden de la frase es verbo, sujeto y objeto en formas verbales, en las nominales es sujeto, verbo y objeto o verbo, sujeto y objeto.