La lengua vilela se habla en la provincia argentina de Chaco, en la zona de Napalpí y Quitilipi. Fue hablada también en el río Bermejo y en el este del Gran Chaco. Es miembro de la extinguida familia lule-vilela. Los descendientes del último superviviente del grupo vilela viven en la parte oriental del Chaco, donde se han mezclado con los toba y mocoví. Los informes dicen que ellos niegan tener conocimiento de la lengua o que no quieren dar datos sobre la misma. Lo que es seguro es que la lengua está moribunda con solo 2 semi-hablantes de un grupo étnico de 45 familias.