El checo se distingue de las demás lenguas eslavas en la entonación del grupo fónico dentro del entorno de la oración, en la primera sílaba tónica de la palabra, en la carencia de elisiones, en el uso del alfabeto latino frente al cirílico, en la extraordinaria libertad del orden de las palabras en la oración, así como en los frecuentes valores vocálicos para la
r y la l. La sonoridad en la entonación y su timbre la distinguen de las demás lenguas eslavas occidentales. La lengua ttiene siete casos nominales, dos números, tres personas
en el verbo, tres tiempos (presente, pasado y futuro), dos voces y tres
modos (indicativo, imperativo y condicional o subjuntivo). El acento tónico es invariable en la primera sílaba. Hay tres géneros,
dos números y siete casos: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, instrumental, locativo y
vocativo. Las formas pronominales son en singular: 1 ja, 2 ty, 3
on/ona/ono; plural 1 my, 2 vy, 3 oni. Esas formas se usan para énfasis y
contraste solamente pues son declinables en todos los casos y tienen
formas débiles y fuertes. Los verbos checos se
clasifican en tres grupos, tomando la tercera persona como criterio: -e, como
píe 'él escribe', -á, como delá 'él hace' e
-í, como mluví 'él habla'. La
partícula negativa es ne, prefijada al verbo, como nic neslyím 'No oigo nada' (es decir, negación doble). El pronombre demostrativo es
ten, ta, yo 'esto', plural ti; tamten,
tamta, tamto 'eso'. Se puede añadir -hle como en
Líbí se mi tnhle klobouk. El pronombre interrogativo es kdo '¿quién?',
co '¿qué?'. El relativo es ktery, která, které 'cual'. La partícula negativa es
ne prefijada al verbo. El orden de la oración es sujeto, verbo y
objeto. El sujeto normalmente se omite si es pronombre.
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