El polabo pertenece a la rama lequítica del grupo
occidental eslavo. La mayor parte de los dialectos de esa rama se han extinguido
desde finales de la Edad Media y sólo hay testimonios fragmentarios,
principalmente toponímicos. La lengua polaba fue la variedad más occidental de
todas, hablada por tribus eslavas que vivían en la orilla izquierda del río
Elba. Logró sobrevivir hasta mediados del siglo XVIII, cuando sus últimos
hablantes vivían en las proximidades de las ciudades de Lüchow, Wustrow y
Dannenbeerg, a lo largo de los ríos Jeetzel y Dumme.
Esta región se denomina ahora Lüneburger Wedlnad o
Hannover Wedland, mientras que antiguamente se llamó Drawehn o Drawein. Las tribus
eslavas que habitaban en esta región son mencionadas por vez primera en 1004
bajo el apelativo drewani (habitantes de los bosques). No hay duda de que las
pocas personas que hablaban polabo al principio del siglo XVIII fueron
descendientes de los drewani. En cuanto al término polabo debería referirse a
otra tribu eslava cuyo nombre se registra ya en el siglo XI bajo la forma polabi. Por todo ello algunos prefieren utilizar la forma mezclada
draväno-polaben o lingua dravaenopolabica.
Hacia el siglo XVII la lengua polaba ya da muestras de
peligro de extinción, aventurándose su desaparición en 20 o 30 años. El
material en polabo es muy fragmentario e incluye un léxico de 2800 palabras, la
mayor parte de las cuales están recogidas en forma gramatical. Debido a esta
escasez de materiales, ha habido mucha especulación en cuanto a los sonidos y
formas del polabo.
El polabo estuvo expuesto a la influencia de la lengua alemana, en la forma del
bajo alemán primero desde la Edad Media hasta el final
de su existencia. La mayor parte de las palabras prestadas del alemán se pueden
trazar hasta el bajo alemán medio.
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