La lengua que se fue configurando como idioma nacional sufrió la influencia del latín en dos momentos distintos: el primero, por el contacto con el Imperio romano; el segundo, con la llegada y la evangelización de Agustín, hasta el siglo XI. De esta época proceden las palabras relacionadas con la terminología religiosa, como
altar, priest, psalm ('altar', 'sacerdote', 'salmo', respectivamente). Como consecuencia de las invasiones vikingas a partir del siglo VIII, la lengua sufrió la influencia del
nórdico antiguo. A este hecho se deben una serie de palabras relacionadas con el mar y la navegación, y otras relativas a la organización social, como
law, take, cut, both ('ley', 'tomar', 'cortar', 'ambos') y
are, forma conjugada del verbo to be. El inglés antiguo tiene tres
géneros gramaticales: masculino, femenino y neutro. Algunas terminaciones nominales van codificadas por el género:
-a, op, -do:m, -els, -scipe son masculinas;
-nes, -estre, -ung son femeninas. El artículo
determinado es se 'el, eso'. La forma femenina de se es se:o.
Los paradigmas nominales y adjetivales contienen cuatro casos:
nominativo, genitivo, dativo y acusativo, mientras que los pronombres
tienen también el caso instrumental. Hay tres
modos verbales en inglés antiguo: indicativo, imperativo y subjuntivo y dos tiempos básicos:
presente y pasado. Los verbos auxiliares wesan, be:on y habban se
usan para formar los tiempos perfectos, pluscuamperfectos y futuros. La
partícula negativa es ne y precede a la forma verbal. Hay
una mayor proporción de verbos fuertes (llamados irregulares en
gramáticas contemporáneas) que en el inglés actual, por ejemplo en
antiguo inglés helpan es infinitivo del verbo help; healp,
pasado singular, hulpon, pasado plural, holpen, participio
pasado mientras que en el inglés moderno help, helped, helped,
helped respectivamente. |