El término úgrico deriva de ugra, procedente del
ruso
para denominar a Siberia occidental. Fue a esta región adonde los pueblos
úgricos emigraron en los primeros siglos de la era cristiana. Poco después
iniciarían una lenta y larga emigración hacia el oeste,
alcanzando la actual Hungría en el siglo IX d. C.
En cada emigración ha habido siempre un grupo
que se ha quedado atrás y esto explica la existencia de las lenguas
úgricas, ostiaca (janti) y vogul (mansi),
que se hablan todavía en Siberia occidental.
Las lenguas obi-úgricas se llaman así porque son habladas
en el río Obi y sus afluentes en Siberia occidental. El hogar original de
los ugrios estuvo al oeste de los Urales, desde donde los pueblos obi-úgricos
emprendieron una corta emigración al este de esa cadena montañosa,
mientras que los húngaros realizaban la emigración de más largo alcance
hecha por cualquier pueblo urálico al alcanzar el centro de Europa en el
siglo IX d. C.
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