Francisco Foreiro vivió de lleno los acontecimientos del Concilio de Trento en el que participó como delegado del rey de Portugal, Don Sebastián. Portugués de nacimiento y dominico de profesión religiosa, estudió artes y teología interviniendo en la redacción de las actas dogmáticas del mencionado Concilio. Tradujo del hebreo al latín los libros de Job, Salmos, escritos de Salomón y Profetas. Sin embargo ninguna de estas obras llegó a editarse. Igualmente tradujo del hebreo al latín una Vetus & nova ex hebraico versio Isaia Prophete cum commentariis, sive in Isaiam ad hebraicum veritatem Commentaria.
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