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Familia Aimara

Situación geográfica

Historia

La lengua aimara pertenece al grupo quechuamarán de la familia andina-ecuatorial. El término aimara es un concepto que engloba una docena de grupos étnicos, algunos de los cuales, como el colla y el lupaka, habían formado Estados independientes antes de que los incas llegaran al poder.

Según Garcilaso de la Vega la provincia de los aimaras, que tenía más de treinta leguas de largo y más de quince de ancho, fue conquistada por el Inca quinto Capac Yupanqui. Los aimaras o aimaraes comprendían varias naciones que hablaban diversos dialectos del aimara. 

Bertonio en el año 1599 escribía de un determinado pueblo de los aimaraes: 

"Hay muchas naciones de indios aimaraes, como son los canchis, canas, collas, collaguas, lupacas, sacases, carancas, charchas y otros, los quales así como son diferentes en los nombres, así también lo son en las lenguas... digo, que principalmente se enseña en esta arte la lengua lupaca la qual no es inferior á la pacasa, que entre todas las lenguas aimaraicas tiene el primer lugar, y es mucho más elegante que todas las demás que arriba hemos nombrado. La razón de esto puede ser porque ordinariamente hablan mejor la lengua materna los que están en los extremos. . . como están los sacases y lupacas en medio de todos los aimaraes; y aunque los sacases comunmente son tenidos por más pulidos y elegantes en el hablar; pero los lupacas en esto se aventajan sobre todos, en que tienen pueblos mayores, cuya señal puede ser que en cada uno de ellos residen tres sacerdotes, y en algun quatro... demas de esto era mucha razón enseñar principalmente la lengua de aquellos indios que están incorporados en la corona real de la magestad del rey Don Felipe nuestro señor, como estos lupacas de la provincia de Chucuito lo están, para que los sacerdotes que en dicha provincia residen, ayudados con esta arte, puedan aprender con mucha perfección la lengua de estos naturales... Tampoco hemos de pensar, que estos preceptos de hablar, que aquí se dan, servirán solamente para aprender la lengua lupaca; pues es cosa cierta que uno que sabe bien una lengua de una provincia, fácilmente entenderá la de otra de la misma nación, porque la diferencia que hay de una á otra no consiste en el modo de hablar, que es universal en toda la nación, sino en vocablos particulares."

Los aimaraes, aunque vecinos de la corte de los Incas debieron conservar siempre su propia lengua y después que los españoles conquistaron el Perú despreciaron la lengua de los Incas y continuaron libremente hablando la propia. No obstante en algunos pueblos aimaraes se conservaba el quechua en tiempo de Garcilaso pues se dice que los indios estiman a los españoles y tienen en más por esta lengua cortesana (o quechua) que aprendieron.

En el siglo XVI los dialectos aimaras estaban esparcidos por las tierras meridionales de Perú, existiendo referencias a los mismos en fuentes históricas, toponímicas y, en uno o dos casos, léxicas. Nada se sabe del grado de divergencia entre ellos. Según una fuente de 1600 el aimara era la lengua predominante en las partes del altiplano boliviano oriental y meridional, que ahora son quechua parlantes. La diferenciación interna del aimara probablemente ocurre, como en el caso del quechua, en algún momento del primer milenio de nuestra era. La distribución histórica de las lenguas aimaras sugiere una rápida expansión hacia el sur, siendo asimilados grupos locales como los puquina y los uru-chipaya. Los últimos hablantes puquina (que vivieron en la isla Taquile, en la península Capachica y el norte del Lago Titicaca) adoptaron el quechua durante tiempos coloniales. No hay duda de que otras lenguas nativas del altiplano boliviano desparecieron sin rastro.

Datos

Los actuales aimara se denominan a sí mismos 'la nacionalidad qulla' y se estima que su número oscila entre los dos millones y dos millones y medio de personas. Viven principalmente en Bolivia y Perú, sobre todo en el altiplano del Titicaca.

Las cifras según los lugares donde se habla la la lengua serían las siguientes: Hay unos 330.000 en el Perú (censo 1972), unos 30.00 en Chile y los demás (unos 1.140.000) en Bolivia (estimaciones). En Chile casi todos son bilingües; en el Perú un 60% son bilingües, en Bolivia un 40-50%, siendo mucho mayores los porcentajes de los varones y en la generación joven. Sin embargo, para Perú y Bolivia los porcentajes dados sobre bilingüismo deben tomarse en el sentido más amplio del término: casi siempre se trata de bilingües subordinados, con niveles a veces muy elementales de proficiencia en el castellano. Este segundo idioma ha sido adquirido en la escuela (si se trata de la generación joven), en el cuartel o en los contactos regulares u ocasionales con la ciudad. Por lo mismo es utilizado en contextos relativamente limitados. Pero, por su prestigio dominante, los aimaras tenderán a utilizar el poco castellano que saben ante los extraños y a identificarse como bilingües en los censos. Aparte de Chile, las regiones más bilingües son, evidentemente, las ciudades y sus cercanías Y, también, aquellas regiones que más se han incorporado a una economía de mercado, como los Yungas y las zonas de colonización.

Fuera de Chile, el número de hablantes de aimara en cifras relativas disminuye con relación al total de cada país. Actualmente los aimaras representan el 3% del Perú (pero el 40% de los departamentos de Puno y Tacna) y el 25 % de Bolivia pero el 80 % de los departamentos de La Paz y Oruro). La principal ciudad de habla aimara es La Paz, donde aproximadamente un 40% de su población (640.000) habla aimara, llegando la proporción a más del 90% en algunos barrios. No hay otras ciudades con más de 20.000 aimaras urbanos.

Dialectos

La fragmentación en dialectos geográficos es relativamente poca. En ningún caso llega a perderse la mutua inteligibilidad (a diferencia del quechua), hecho que puede correlacionarse con la mayor solidaridad de grupo que presenta el hombre aimara. Sin embargo, hay ciertas variantes dialectales entre las que señalamos las siguientes:

  • La Paz: Es el de mayor prestigio y el que evoluciona más rápidamente, probablemente como resultado de este mismo prestigio al tener hablantes de diversas clases sociales, y por ser el área de máxima densidad demográfica, por lo que aumenta el intercambio comunicativo. Dentro de este dialecto las variantes habladas en la ciudad de La Paz y en otros pueblos importantes denotan el impacto del castellano, a través de sus numerosos hablantes bilingües o semi-bilingües.

  • Perú: Está en la periferia del estado peruano, por lo que no se da el efecto de prestigio, pero sí el de una fuerte densidad demográfica que mantiene la lealtad idiomática hacia formas tradicionales arcaizantes; sin embargo, junto a la ciudad de Puno el aimara recibe influencias del quechua y del castellano, y en los valles hacia la Costa del castellano.

  • Oruro y norte de Potosí: Son áreas menos pobladas en las que el aimara ha mantenido formas más arcaizantes (a veces, pero 'lo siempre, comunes con las variantes peruanas). Hay fuertes influencias léxicas y morfológicas del quechua, principalmente en el norte de Potosí.

  • La franja chilena, en que un dialecto originariamente muy cercano al de Oruro ha sufrido notables influencias del castellano hasta el punto de estar cercano a la extinción.

Escritura

La lengua aimara puede escribirse en el alfabeto romano, habiéndose aprobado una ortografía regularizada en 1983.

 
Juan 1:1-8 en aimara

Gramática

El poder de la expansión aimara pre-incaica se puede observar en la presencia de préstamos aimaras, particularmente números, en algunas lengua bolivianas de las tierras bajas, como mara en tacano 'año' de mara en aimara y en las lenguas de la parte más meridional del continente, como pataka en mapuche, pataka en allentiaco, patak en tewelche 'cien' de pataka en aimara. Es interesante que pataka fue originalmente tomada del quechua (paĉak) (ĉ indica africada platal retrofleja). La adición de una a final y el cambio ĉ por t demuestra que el aimara y no el quechua fue el medio de difusión en este caso.

La distribución de ejemplos de vocabulario, en lenguas de la cuenca del Titicaca y otras al norte del lago, indica que los préstamos léxicos y culturales ya sucedieron antes de la llegada de los invasores aimaras. Un caso muy interesante es la palabra tara 'maíz' que se encuentra en la lengua chipaya del altiplano boliviano y en mosetén, una lengua no relacionada de las tierras bajas. Al oeste de la zona mosetén parlante otras dos lenguas tienen formas similares: apolista con ta o tay y leco con ta. Otro caso es el soñi 'ser humano' en uru-chipaya que es suñi en mosetén-chimané. El actual uru-chipaya es rico en préstamos aimaras, tales como el sufijo plural nominal -naka en chipaya o la palabra uru para 'lago' qota, en aimara quta.

Las vocales i, u, a, son cortas y largas. El acento tónico parece ir en la antepenúltima sílaba, como en quechua, pero se puede mover a la última. No hay género gramatical, habiendo dos números, singular y plural, siendo el marcador plural -naka. Los casos se forman por adición de sufijos. El afijo interrogativo es -ti.

La numeración del 1 al 10 es la siguiente: maya, paya, kimsa, pusi, phisqa, suxta, paqallqu, kimsaqallqu, llatunka, tunka; 11 tunkamayani, 12 tunkapayani, 20 patunka, 30 kimsatunka, 100 pataka.

Todos los infinitivos terminan en -ña, como saraña 'ir', munaña 'querer'. Los modos verbales son indicativo, imperativo, subjuntivo, optativo, dubitativo; los tiempos son presente, progresivo, futuro, pretérito, pluscuamperfecto, condicional. Los verbos se conjugan por número y persona. El orden de la frase es sujeto, objeto y verbo.

El pronombre demostrativo tiene tres grados de distancia relativa: aka, uka y khaya. El pronombre interrogativo es khiti '¿quién?', kuna '¿qué?'.

Los pronombres son los siguientes:

 

Singular

Enclítico

Plural

Enclítico

1

naya

-xa

jiwasa (incl.)

nanaka (excl.)

-sa

2

juma

-ma

jumanaka

 

3

jupa

-pa

jupanaka

 

uta-ja-nka-sk-t-wa: 'Estoy (actualmente) en mi casa'.

Los morfemas constituyentes de la palabra significan:

uta- : raíz nominal casa

-ja- : posesivo de 1ª persona singular

-nka- : estar (en)

-sk- : continuativo. Expresa que la acción o estado continúa

-t- : 1ª persona singular

-wa : afirmación

El aimara es sufijador. La lengua posee los siguientes postulados semánticos:

  1. Debe distinguirse siempre entre lo que es conocimiento personal directo y lo que es conocimiento no personal indirecto, a través de terceros. Existen tiempos verbales distintos, sufijos distintos y construcciones distintas según se trate de un conocimiento o del otro. Las relaciones de cuentos y las de sueños (incluso los propios) corresponden al conocimiento no personal.

  2. Humano vs. no-humano. Hay largas series paralelas de vocablos, unos de uso exclusivo para humanos y otros para no-humanos. Incluso en castellano referirse a alguna persona con el demostrativo ésa (calco de uka, no humano) puede resultar ofensivo. Debería utilizarse jupa (él, ella).

  3. La perspectiva temporal es fundamentalmente dual: lo futuro vs. lo no-futuro (sea presente o pasado).

  4. Naturaleza viva. Aunque no existe el género gramatical, la naturaleza es concebida como viva y sexuada: hay piedras hembras y piedras macho, por ejemplo. Se tiene cuidado de no aplicar a los fenómenos naturales categorías gramaticales destinadas a humanos, pero se les describe con imágenes humanas. Aunque este rasgo, al nivel estrictamente lingüístico, es en aimara menos acentuado que en quechua.

  5. La reciprocidad. La necesidad ya mencionada de tener en cuenta las diversas personas de la acción verbal no es quizás más que un reflejo gramatical de un tema más amplio. Es significativo que conceptos como los de comprar/vender, pedir/prestar, meter/sacar, etc. se formen por simple adición de determinados sufijos a un común radical verbal.