El otomí es una lengua tonal fuertemente influenciada por el
español
debido al contacto de varios siglos. La sintaxis es muy parecida al
español, pero no así los sonidos existentes en la lengua: k'a ma
me p'étsi na jóconi, "la mía madre tiene un pavo", mi mamá
tiene un pavo.
El artículo tiene plural, pero no lo tiene el sustantivo: así, k'a
xítz'o, "el árbol", se pluraliza en k'ia xítz'o, "los
árboles".
El verbo ser o estar casi no es usado, o simplemente
es sobreentendido por el contexto: anz'g-po ca déhe, "abajo
el agua", debajo [del suelo] está el agua; di mg'to uá,
"yo aquí", aquí estoy.
Sólo existe numeración del 1 al 10, los números posteriores al 11,
incluyéndolo, se dicen como en español, o bien se hace una adición al
hablar: once puede ser dicho ónse, o bien rédta ma na
(diez mas uno); doce puede decirse dóse, o bien
rédta ma iójo (diez más dos); dieciséis puede decirse
diés'isèis, o bien ñiáto ma ñiáto (ocho más ocho).
En general, no existe género para ningún adjetivo y para casi ningún
sustantivo: póxi pfáni puede ser tanto caballo mugroso,
como yegua mugrosa; pero existen clasificadores genéricos,
por ejemplo, perro es ió, y perra es ntzú-iò (lit.
hembra-perro), guajolota (hembra del guajolote=pavo) es jóconi,
y guajolote es dáma-'gni (lit. grande-pollo).
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