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Lengua Otomí

Situación geográfica

Historia

Los hablantes otomí se movieron tras la conquista hacia tierras marginales que otros indios habían abandonado y que los españoles habían ignorado. Las fuentes etno-históricas nos dicen que la lengua otomí fue hablada en el Estado de Jalisco en el siglo XVI, aunque al no quedar datos lingüísticos de esa fecha en esa región no podemos saber si el otomí era tal y como ahora lo conocemos. 

Datos

La lengua otomí (hñahñú) es hablada por 291.722 (17.212 [5.9%] monolingües) según el XII Censo General de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de México, repartidas en varios Estados: Hidalgo, Distrito Federal, Veracruz, Querétaro, Puebla, Yucatán, Michoacán, Tlaxcala, Guanajuato, San Luis Potosí, Campeche, Quintana Roo, Morelos y Estado de México.

Dialectos

Han sido identificadas cuatro variantes dialectales:

  1. Valle del Mezquital.
  2. Occidental.
  3. Sierra de Puebla.
  4. Ixtenco.

La última es la más divergente, estando las dos primeras muy próximas entre sí. La mejor conocida es la variante del Mezquital.

Escritura

La figura inferior es un manuscrito en lengua otomí usando el alfabeto romano y ayudándose de pictografías para darle pleno sentido a conceptos que eran extraños a los indios. Se trata de la Salve Regina. 

 

Gramática

El otomí es una lengua tonal fuertemente influenciada por el español debido al contacto de varios siglos. La sintaxis es muy parecida al español, pero no así los sonidos existentes en la lengua: k'a ma me p'étsi na jóconi, "la mía madre tiene un pavo", mi mamá tiene un pavo.

El artículo tiene plural, pero no lo tiene el sustantivo: así, k'a xítz'o, "el árbol", se pluraliza en k'ia xítz'o, "los árboles". El verbo ser o estar casi no es usado, o simplemente es sobreentendido por el contexto: anz'g-po ca déhe, "abajo el agua", debajo [del suelo] está el agua; di mg'to uá, "yo aquí", aquí estoy.

Sólo existe numeración del 1 al 10, los números posteriores al 11, incluyéndolo, se dicen como en español, o bien se hace una adición al hablar: once puede ser dicho ónse, o bien rédta ma na (diez mas uno); doce puede decirse dóse, o bien rédta ma iójo (diez más dos); dieciséis puede decirse diés'isèis, o bien ñiáto ma ñiáto (ocho más ocho).

En general, no existe género para ningún adjetivo y para casi ningún sustantivo: póxi pfáni puede ser tanto caballo mugroso, como yegua mugrosa; pero existen clasificadores genéricos, por ejemplo, perro es , y perra es ntzú-iò (lit. hembra-perro), guajolota (hembra del guajolote=pavo) es jóconi, y guajolote es dáma-'gni (lit. grande-pollo).