Hasta 1644 no hubo un
asentamiento permanente en lo que hoy es la Guayana francesa. Durante la
primera parte del siglo XVII hubo repetidos intentos no sólo por los
franceses sino también por holandeses e ingleses de colonizar la zona así
como otras partes de la costa. Los franceses reclamaron la región
alrededor de Cayena en la década de 1630 cuando se asentaron en Martinica
y Guadalupe, aunque pocos colonos llegaron antes de 1652.
Aunque
lograron
construir un fuerte, más de 400 colonos murieron de enfermedades y de
ataques de los indios, abandonando el resto la colonia un año después. En
1654 refugiados procedentes del fracasado intento holandés de colonizar
Brasil nororiental tomaron el abandonado asentamiento francés trayendo
esclavos africanos con ellos. Entones se introdujo el cultivo del
azúcar, prosperando hasta 1664 cuando una flota francesa recapturó la
colonia y obligó a los holandeses a dejarla, yéndose muchos a Surinam.
No está claro cómo los esclavos de habla portuguesa quedaron atrás,
aunque tuvieron que tener una importante influencia en el criollo basado
en el francés que después se desarrolló. A pesar de posteriores
ataques de ingleses y holandeses la colonia francesa en Cayena sobrevivió
y gozó de relativa calma en el siglo siguiente.
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