Lengua latina
Historia
El hogar ancestral de la lengua latina corresponde
exactamente al Vetus Latium, una región considerablemente más
pequeña de lo que hoy es Italia. Estaba limitada por el río Tíber al
norte, el curso bajo del Anio al nordeste, la cadena de los Apeninos al
este, el territorio Volsciano al sur y el Mar Tirreno al oeste. Al
esparcirse la influencia política y militar de Roma, la lengua latina
también se difundió tanto en las urbes como en las zonas rurales, si
bien con características dialectales propias.
Hay una serie de fechas que marcan la expansión
de Roma y con ella de su lengua: en 241 a. C. Sicilia es provincia
romana; en 238 a. C. lo son Cerdeña y Córcega; en 197 a. C. España; en
146 a. C. África; el Ilírico en 167 a. C., la Galia meridional en 120
a. C.; en el 50 a. C. la septentrional; en 15 a. C. la Retia y por último
en 107 d. C., bajo Trajano, la Dacia. El nombre mismo de Roma no sólo no es
latino sino que probablemente ni siquiera es indoeuropeo, probablemente
derivado del gentilicio etrusco Ruma,
siendo el adjetivo latinus un derivado del topónimo latium
(que puede significar 'comarca llana' en oposición a la montuosa
Sabina).
|
|
Desde el punto de vista lingüístico, el latín
forma parte de la familia indoeuropea, en la cual representa un área
marginal del grupo de lenguas kentum. Junto con el
osco, umbro y falisco pertenece
a la rama itálica de lenguas indoeuropeas. Históricamente sus períodos se pueden distinguir así:
-
Pre-clásico, del siglo VII al II a-.C. Las inscripciones
más antiguas proceden del siglo VII. En los siglos II y II a. C. hace su aparición , bajo influencia griega, la
literatura (Plauto, Terencio).
-
Clásico, del siglo II a .C. al II d. C. La edad dorada y de plata de la
literatura latina.
-
Latín vulgar, incluyendo el período patrístico, siglo II al V d. C. Donde se incluye la
Vulgata de San Jerónimo o las obras de San Agustín.
-
Período medieval, siglo VI al XIV. La literatura latina continúa pero emergen las lenguas romances.
-
Siglo XV hasta ahora. Redescubrimiento del latín de la Edad de Oro en el renacimiento.
El latín vulgar continúa siendo usado por los eruditos hasta el siglo XVII, como Isaac Newton, y por la Iglesia Católica Romana
(obligatorio hasta mediados del siglo XX).
-
Tras su transformación en lenguas romances el
latín continúa proveyendo un repertorio de raíces para muchos campos semánticos,
especialmente culturales y técnicos, para una amplia variedad de lenguas.
|
Datos
Dialectos
La difusión de latín por un territorio cada vez más vasto tuvo dos
consecuencias: la primera, que el latín, al entrar en contacto con lenguas
diversas, ejerciera un influjo mutuo más o menos considerable; la segunda, en
cierto modo consecuencia de la primera, que el latín se fuese diferenciando en
las distintas regiones. Mientras el nexo político con el centro fue fuerte las
diferencias fueron limitadas, pero cuando se debilitó por motivos políticos
hasta romperse del todo, las diferencias se ahondaron.
Generalmente, las poblaciones sometidas deseaban elevarse
culturalmente adoptando el latín, cosa que ocurre siempre que dos pueblos
entablan contacto: prevalece lingüísticamente el que tiene mayor prestigio.
Así fue como Roma consiguió hacer prevalecer el latín sobre el etrusco, el
osco, el umbro, el galo y sólo en parte sobre el griego, cuyo prestigio
cultural era más grande.
Las poblaciones sometidas, federadas, etc. antes de perder
su lengua a favor del latín, atravesaron un periodo más o menos largo de
bilingüismo; de hecho, algunas de las lenguas prerromanas tuvieron en el
territorio romanizado considerable vitalidad durante mucho tiempo.
|
Escritura
El más antiguo y famoso testimonio epigráfico latino
lo tenemos en la Lapis niger (figura inferior), cipo que fue hallado
en 1899 y fechado en los siglos VI-V a. C. La escritura es en bustrófedon y
la lectura está sujeta a debate aunque las palabras son claras, pero al
estar fragmentadas es complicada su interpretación. No obstante, parece
tener un carácter jurídico-religioso a juzgar por algunas palabras. La
escritura es un lapso intermedio entre el alfabeto
etrusco y el alfabeto latino.
Juan 1:1-8 en latín
|
Gramática
Al latín le falta la variedad y flexibilidad que
tiene el griego, tal vez reflejo de la naturaleza práctica del pueblo
romano, más preocupado con el gobierno y la administración que con el
pensamiento especulativo.
En contraste con el griego, el latín no tiene artículo
determinado. Hay tres géneros, que vienen señalados por las terminaciones nominales:
-us, -er es típicamente masculina, -a es femenina y
-um neutra, aunque no siempre esas normas son consistentes, por ejemplo,
nauta 'marino' es masculino, mientras que mulier 'mujer' es femenino.
Los nombres tienen dos números y seis casos. El adjetivo concuerda con sus
referentes en género, número y caso.
La numeración del 1 al 10 es la siguiente: un-us/-a/um,
duo/duae/duo, tres/tria, quattuor,
quinque, sex, septum, octo, novem, decem, 11
undecim, 12 duodecim, 13 tredecim, 20 viginti, 30
triginta, 100 centum.
Los verbos son transitivos o intransitivos y las formas verbales finitas o no
finitas.
El pronombre interrogativo es quis (masculino y
femenino) '¿quién?', quid '¿qué?'. Quis tiene formas plurales:
qui, quae, qua. El demostrativo es is/ea/id,
hic/haec/hoc 'esto'; ille/illa/illud 'eso'. Los pronombres
personales son: 1 ego, 2 tu, plural 1 nos, 2 vos. Para la tercera persona se
usan los demostrativos is/ea/id.
El orden de la palabra es muy libre en la etapa del
latín antiguo, aunque en el latín posterior el orden sujeto, verbo y
objeto se establecerá definitivamente.
|
|
|