Desde los primeros tiempos de asentamientos europeos en Australia se
desarrolló una forma de pidgin entre los colonos y los nativos, con variantes
locales orientales y occidentales. En Tasmania pudo haber también una versión
del mismo usada antes de la extinción de la población aborigen a mediados del
siglo XIX, así como en la isla Flinders en Bass Stratit, donde quedaban los
últimos supervivientes tasmanios.
En las últimas décadas el uso de esta lengua ha declinado rápidamente
con el esparcimiento del inglés entre la población aborigen. Todavía se usa
en el norte de Australia y en algunas regiones aisladas.
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