Durante la segunda mitad
del siglo XVII hablantes franceses y sus esclavos continuaban asentándose
en la Antillas Menores y la isla Tortuga salvo en la costa noroeste de la
isla Hispaniola. En
1654 los españoles conquistaron ésta última pero muchos se unieron a los
renegados en la isla principal, denominada St. Domingue en francés. Estos
bucaneros cazaban ganado salvaje y cerdos y ahumaban la carne para
venderla a los barcos que pasaban.
En 1664 estos franceses
se pusieron bajo la protección de la Compañía Francesa de las Indias
Occidentales cuando Luis XIV reclamó las costas occidentales de la isla.
Para animar a los bucaneros a asentarse se trajeron mujeres (a veces
huérfanas o prostitutas) de Francia. Las familias formadas se convirtieron
en habitans o colonos. Plantaron índigo y caña de azúcar en el
fértil suelo, lo que incrementó la necesidad de mano de obra que fue
suplida con esclavos africanos. En 1697 España reconoció los derechos
franceses sobre Saint Domingue que fue una clásica colonia basa en el
cultivo del azúcar con su criollo basado en el francés. |