Los uigur amarillos se autodenominan así desde 840
d. C. cuando se desplazaron a Gansu tras la destrucción del Imperio Uigur
por los kirguises. Desde entonces han vivido separados de los otros uigur,
hasta el punto de que sus lenguas han llegado a ser ininteligibles entre
sí. Al pasar varios siglos dentro de las fronteras de China los
uigur amarillos escaparon a la conversión al Islam, a la que se
sometieron los uigur que vivían en el Turquestán chino (Xinjiang),
preservando su fe budista y su lengua y escritura.
Pero al estar expuestos a los mongoles, algunos
uigur amarillos dejaron su lengua túrcica y
comenzaron a hablar una variedad de mongol.
Actualmente la mayoría de los uigur amarillos, hablen túrcico o mongol,
también conocen el chino.
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