Esta lengua semítica norocidental que tuvo su epicentro en la ciudad de
Edesa, actual Şanhurfa en Turquía suroriental, es una de las más importantes variantes que tuvo
la lengua aramea. Las inscripciones más antiguas retroceden hasta el comienzo
de nuestra era. Desde el siglo II al VII d. C. el siríaco fue el medio de una
rica e interesante literatura cristiana, tanto por su originalidad como por sus
traducciones del griego. La Biblia Peshitta fue la traducción llevada a cabo al siríaco en el siglo
II, siendo el siglo III testigo de obras gnósticas en siríaco como las 'Odas
de Salomón' o los 'Hechos de Tomás'. El cisma que se produjo por cuestiones
cristológicas en el siglo V en el seno del cristianismo oriental marcó el
declive en la escritura siríaca, si bien hubo un breve avivamiento en el
trabajo del historiador Barhebraeus, en el siglo XIII, aunque en el siglo XIV la
lengua fue desplazada por la árabe. Todavía está en uso, como lengua
litúrgica, en Iraq, Siria y Líbano. |