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Rama Tunguso-manchú

Historia

Históricamente los pueblos tungús-manchúes vivieron formando comunidades de pescadores a lo largo de la costa del Pacífico en Asia o siendo bandas nómadas de cazadores y criadores de renos. Al ser estas últimas ocupaciones productivas sólo para un limitado número de personas, las bandas que cazaban eran pequeñas. La consecuencia lingüística de este fraccionamiento fue una gran diferenciación dialectal.

Las lenguas tungús son habladas por minorías en el norte de China (oroquen, udige) y en Siberia y el Extremo Oriente (evenki y even). Hasta hace poco se hablaban en el norte de China, donde el manchú, la lengua de los últimos emperadores chinos gozó de prestigio, hasta el punto de que la literatura clásica china se tradujo al manchú, escrita en la escritura manchú, derivada del silabario uigur. Desgraciadamente el manchú está próximo a la extinción.

Datos

Los principales miembros de la rama tungús-manchú de lenguas altaicas son los siguientes: manchú, con menos de 1.000 hablantes, aunque hay más de 4 millones de personas que étnicamente se consideran manchúes; sibe o sibo, hablado en Xinjiang por unas 27.000 personas, y un cierto número de lenguas tribales habladas por pocas personas en Siberia oriental y el nordeste de China: goldi o nanay, que es la lengua materna de los que viven en la confluencia de los ríos Amur y Ussuri en la Federación Rusa; evenki, hablado por 24.000 personas de las cuales 12.000 viven en la isla de Sajalín y la otra mitad en Mongolia, y even o lamut, hablado por 7.000 personas esparcidas en la República Autónoma Yakutia y en la península de Kamchatka en la Federación Rusa.

Los datos anteriores indican que las lenguas tungús que sobreviven son habladas por grupos de poblaciones pequeñas que entre todas no llegan a las cien mil personas. Este dato es reflejo de que el hábitat donde viven estas poblaciones no pudo soportar grandes poblaciones en el periodo anterior a la revolución industrial. La única excepción a este hecho serían los manchúes, que en su día fueron una gran fuerza política en la región, y que llegaron a conquistar China en el siglo XVII. Sin embargo, como le sucedió a todos los conquistadores de China, fueron finalmente absorbidos por el poder de la civilización china.

Dialectos

La clasificación genética de las lenguas tungús sería la siguiente:

  • Septentrional, también denominado siberiano, evenki y noroccidental.

  • Meridional o Amur.

    • Sudoccidental

      • Manchú, incluyendo el dialecto sibo.

      • Juchen.

    • Sudoriental.

Escritura

Aparte de la manchú y de la extinguida jurchen, las demás lenguas tungús-manchúes no han sido puestas por escrito.

Gramática

La primera descripción lingüística de las lenguas tungús-manchúes procede de mediados del siglo XIX, alcanzando los lingüistas hacia 1950 el consenso de la familia consistía de dos ramas: una meridional (manchú) y otra septentrional (tungús).

Las lenguas tungús muestran un contraste entre las vocales cortas y las largas, mientras que la manchú no muestra contraste de longitud vocálica sino que se caracteriza por grupos de vocales, como el manchú uihe en contraste al oroquen iige 'cuerno'. La palabra inicial f en manchú se corresponde con una vocal inicial en tungús, como fulha en manchú en comparación con ula en solon 'álamo'. 

En lo que respecta a la morfología, las lenguas tungús tienen un desarrollado sistema de sufijos nominales con indicador de posesión, lo que no tiene la manchú; por ejemplo en oroquen murin-iw 'caballo-mío', murin-iy 'caballo-tuyo', murin-in 'caballo-suyo', etc. También el uso de las declinaciones en los casos es más prominente en tungús, por ejemplo en evenki hay al menos once casos distintos de sufijos, mientras que en manchú hay cuatro. Las lenguas tungús muestran una armonía en las formas verbales mientras que en manchú no hay tal cosa.

Aunque la división de las ramas meridional y septentrional está bien definida teóricamente, la adscripción de algunas lenguas a una de estas ramas es controvertida porque poseen características propias de ambas ramas. Por ejemplo, la ho-chen (hezhe) que es considerada un dialecto de la nanai, es similar morfológicamente al grupo tungús pero fonológicamente es similar al grupo manchú. Por esta razón algunos estudiosos han hablado de una tercera rama, el grupo central, de las lenguas tungús-manchúes. Además el contacto con otras lenguas ha agrandado la confusión sobre esta cuestión, pues miembros del grupo meridional han sido influidos por el chino mientras que miembros del septentrional lo han sido por el ruso y lenguas mongolas.

La comparación histórica de estas lenguas es imposible porque sólo la manchú y la jurchen tienen tradición literaria anterior al siglo XX, habiendo muchas lenguas tungús-manchúes que hasta hoy no tienen forma escrita.

El grupo septentrional se caracteriza por una gran dialectización, de manera que una lengua como la udihe que sólo tiene cien hablantes tiene siete dialectos.