Las lenguas germánicas septentrionales difieren de
las occidentales, pero no de las orientales, por tener ggj y ggv
para las jj y ww medias, -t en lugar de -e en
la segunda persona del singular del pretérito fuerte y un pronombre reflexivo
sin.
La diferencia sobre las orientales, pero no sobre
las occidentales, es que la original e: se convierte en a:
(antiguo norse máni 'luna') y al original z se hace r,
como en antiguo norse mein 'más'; además hay un nuevo pronombre
demostrativo þessi 'esto' (en danés, sueco y noruego denne), las
vocales posteriores se cambian a anteriores por la influencia de una i
o j que las sigue Por otra parte, las germánicas septentrionales difieren de las occidentales
y de las orientales en los siguientes puntos: las vocales son redondeadas
o no redondeadas cuando siguen a la u o a la w, hay una pérdida
de la j inicial y de la w antes de vocales redondeadas (antiguo norse ár 'año', ungr 'joven', orð
'palabra'), pérdida de nasales finales (antiguo norse fara 've'),
diptongación de la e corta a ja o jw (antiguo
norse jafn 'incluso' jwrd 'tierra'). Hay nuevos pronombres
para la tercera persona del singular (antiguo norse hann 'él' hon
'ella'), se liga el pronombre reflexivo al pronombre sik al verbo
para hacer una nueva voz pasiva media en -sk, -st o -s
(finna sik 'hallarse uno mismo' se convierte en antiguo norse en finnast
'ser hallado, existir', danés findes), se liga el demostrativo inn
'eso' a los nombres como artículo definido (antiguo norse fotrinn
'el pie', noruego y sueco foten, danés foden) salvo en
Jutlandia occidental, y se usa -t como marcador del neutro en
pronombres y adjetivos (antiguo norse stórt 'grande' de stór-).
Además las lenguas septentrionales emplean es
(que cambió a er) y más tarde a sum como pronombre
relativo indeclinable. También perdieron prefijos germánicos como ga-
(alemán ge-) y contiene un considerable número de palabras como hestr
'caballo', fær o fár 'oveja', griss
'cerdo', gólf 'suelo' y ostr 'queso' que no ocurren en
germano oriental ni occidental.
Los cinco símbolos básicos vocálicos del latín
se suplen por un número de símbolos especiales usados para representar
las vocales con diéresis; por ejemplo, hay una y (pronunciada como
la alemana ü), æ (usada en danés, noruego, islandés y
feroés) y la correspondiente ä (usada en sueco), ø (en
danés, noruego y feroés) y la correspondiente ö (en sueco e
islandés) y å (también escrita aa, usada en danés,
sueco y noruego). Islandés y feroés usan acentos sobre vocales que eran
largas en antiguo norse pero ahora son casi diptongos (á, é,
í, ó, ú, e ý).
Los símbolos consonánticos son los usuales latinos
salvo þ (thorn) y ð (eth) que se usan en islandés para
la th sorda y sonora (ð se usa en feroés con diferente
valor). Los préstamos que contiene las letras c, q, w,
x, y z han sido naturalizados al ser sustituidos,
respectivamente, por k or s, kv, v, ks
y s, por ejemplo kontakt 'contacto' pero en noruego sigar
'cigarro' frente al danés y sueco cigar.
El acento se pone siempre en la primera sílaba en
palabras nativas con esporádicas excepciones en las compuestas. Si se
pone en una sílaba posterior ello indica que es un préstamo de otras
lenguas, salvo en islandés, que acentúa todas las palabras en la primera
sílaba, al igual que ocurre en los dialectos noruegos orientales. El tono es normalmente alto en la sílaba acentuada, descendente al final
de la frase y elevado para una pregunta que implica sí o no. Una
excepción a esta regla se da en los dialectos noruegos orientales y en
algunos suecos en los que la sílaba acentuada es baja y el tono se eleva
a veces al final de la frase. En la mayoría de los dialectos suecos y
noruegos y en algunos daneses hay un tono especial en la palabra por el
que los monosílabos tienen una clase de tono mientras que los
polisílabos tienen otro. El primer tipo de tono es normalmente alto o
bajo en la sílaba acentuada, como en otras lenguas germánicas, mientras
que el segundo es más complejo y varía de región a región. En danés
los tonos han sido reemplazados por glotalización en casos en los que el
noruego y el sueco tienen el primer tipo.
En sílabas acentuadas la vocal o la consonante
siguientes son largas, salvo en danés. Una vocal corta puede ir seguida
de un grupo consonántico, pero una vocal larga nunca puede ir seguida por
una consonante larga. Las sílabas no acentuadas pueden llevar una vocal
corta seguida de una consonante corta o larga. En danés este último
modelo se permite en sílabas acentuadas.
El sistema vocálico escandinavo antiguo consistía
de nueve vocales que podían ser largas, cortas y nasalizadas, cada una de
ellas: las frontales no redondeadas (i, e, æ), frontales
redondeadas (y, ø),
posteriores redondeadas (u, o, w) y posterior no
redondeada (a). Había
tres diptongos (ei, au, øy). Aunque muchas de ellas están
presentes
en algunos dialectos, ha habido muchos cambios. Las vocales nasalizadas
han desparecido aunque estuvieron presentes en islandés hasta el
1150. Los diptongos se hicieron vocales largas en danés y sueco en el
siglo X. La vocales cortas bajas se fundieron con las vocales vecinas (æ
se convirtió en e y w se hizo o y ö en islandés). La larga en antiguo
norse á se redondeó a å. En noruego y sueco las vocales
redondeadas se
desplazaron hacia arriba y hacia adelante; las vocales no enfatizadas a,
i
y u han permanecido en islandés y feroés pero se han mezclado
parcialmente en neo-noruego y sueco (escritas a, e, o). Las vocales altas redondeadas (y, y:, øy) se han
mezclado con las no redondeadas en islandés y feroés aunque se distinguen en la escritura.
Las vocales largas se han diptongado no sólo en muchos dialectos, como jutlandés,
skåne y noruego occidental sino también en el islandés y
feroés normativos (islandés é, pronunciada /je/, ó /ou/,
á /au/, æ /ai/; feroés í /ui/,
æ /æa/, etc). Un desplazamiento cuantitativo tuvo lugar
en la etapa final de la Edad Media, cuando las vocales cortas fueron
prolongadas delante de consonantes simples y las vocales largas fueron
acortadas delante de grupos consonánticos.
El sistema consonántico contenía las oclusivas
sordas p, t, k, las sonoras b, d, g,
las aspirantes sordas-sonoras f/v, þ/ð, x/g, las
nasales m, n, una sibilante s, las líquidas l,
r y las semivocales w, j. Los principales cambios
fueron como se sigue: las oclusivas cortas sordas se convirtieron en
sonoras tras las vocales, en danés y sus dialectos vecinos, haciéndose parcialmente
abiertas para llegar a ser aspirantes o semivocales (tapa se
convirtió en tabe 'perder', Øt se hizo ud 'fuera', kakur
se convirtió en kager 'pasteles'. Las oclusivas velares k,
g y sk se palatalizaron delante de vocales frontales para mezclarse
con kj, gj y skj, como ocurre todavía en islandés, mientras
que en feroés, noruego, sueco y muchos dialectos daneses se convirtieron
en tj, dj y stj o incluso en aspirantes abiertas ç,
j y š, mientras que danés han vuelto a ser k, g,
y sk. La sonora f se mezcló con w para ser v aunque todavía
se escribe f en islandés; en danés la f y la w se
pronuncian como w tras una vocal. La sorda þ se hizo t
(ocasionalmente h en feroés) y la sonora þ /ð/ se
hizo d, salvo en islandés. La sorda x se hizo h inicialmente
delante de vocales pero se perdió en los demás casos. El sonido r
fue aislado a los sonidos dentales (l, n, s, t,
d) para hacer una serie de consonantes retroflejas en muchos
dialectos suecos y noruegos, incluyendo los de Oslo y Estocolmo. En sueco
occidental y noruego central y oriental un original l en ciertos
contextos y la combinación rð evolucionaron en un nuevo sonido
definido como vibrante retrofleja. Durante los últimos siglos el sonido r
se ha convertido en uvular r /r/ en danés, sueco meridional
y noruego noroccidental, expandiéndose hasta el día de hoy por Noruega y
Suecia.
El escandinavo antiguo tuvo un sistema de cuatro casos: nominativo,
acusativo, dativo y genitivo y dos números. Las formas actuales de las
desinencias dependen de la clase de raíz del nombre o del adjetivo. Los
verbos se conjugan por tiempo y modo, persona y número. Este sistema se
preserva en islandés. En feroés las declinaciones han sido
simplificadas y hay sólo tres casos que se usan, habiendo sido el genitivo
reemplazado por frases preposicionales compuestas.
El actual sistema de casos en danés, dano-noruego,
neo-noruego y sueco es idéntico en todas ellas. Los nombres tienen
formas singulares y plurales, pudiéndose el artículo determinado usarse
como sufijo a ellos; los adjetivos tienen singulares neutros marcados por -t
y plurales marcados por una vocal (-e o -a) y formas
débiles usadas tras los determinativos que son idénticos en las formas
plurales; los comparativos se marcan con r y los superlativos con st.
Hay pronombres de cortesía que son idénticos con la segunda persona del
plural (sueco ni, islandés þér, feroés tygum y
neo-noruego de) o la tercera persona del plural (danés y dano-noruego De).
En Noruega y Suecia el uso de formas de cortesía se ha quedado obsoleto.
En islandés y feroés los antiguos duales han tomado la función de plurales
(islandés við 'nosotros', þið 'vosotros', feroés vit
'nosotros', tit 'vosotros'). Cada pronombre personal tiene un
pronombre posesivo correspondiente, siendo la tercera persona idéntica
con el genitivo del pronombre e invariable. Los pronombre posesivos para
las otras personas y el reflexivo sin se declinan por genero y
número como la mayor parte de los otros pronombres y artículos. Los
verbos se conjugan para el tiempo solamente con -r como marcador
para el presente (aunque en neo-noruego no hay terminación para indicar el
tiempo presente en los verbos fuertes), mientras que en el pretérito la
raíz vocálica cambia en los verbos fuertes y un sufijo dental en los verbos
débiles. El infinitivo de los verbos tiene sufijos invariables (-a
o -e para el infinitivo, -ande o -ende para el
participio presente y -at o -et para el participio perfecto),
salvo en sueco y neo-noruego que marcan el género cuando el participio
perfecto se usa como adjetivo.
El neo-noruego, islandés y feroés tienen tres géneros: masculino,
femenino y neutro, mientras que el sueco y el danés combinan el masculino
y el femenino en un género común. El sueco y el neo-noruego (en parte)
preservan los plurales no neutros en -ar, -er y -or
que se mezcla como -er en dano-noruego; en danés se ha convertido
en -e aunque ha surgido un nuevo plural en -er para
los préstamos. El tiempo pasado de la clase más larga de los verbos
débiles (en antiguo norse -aði) termina en -a en noruego, -et
o -a en dano-noruego, -ede en danés y -ade en sueco
(normalmente pronunciado /a/). El tiempo presente de los verbos
fuertes es monosilábico en neo-noruego, teniendo un tono alto o bajo en
la sílaba acentuada en dano-noruego y sueco y glotalización en danés.
En dano-noruego, sueco y danés tiene -s. La reducción de la complejidad morfológica ha ido acompañada por un
orden más rígido de los elementos de la frase. Las principales cláusulas
tienen al verbo finito en segunda posición, pudiendo ser precedido por
casi cualquier otra sentencia constituyente, la mayoría de las veces por
el sujeto. Cuando el sujeto no precede al verbo lo sigue. El verbo no
finito sigue al sujeto pero precede al objeto y a los adverbios, salvo en
frases adverbiales y ciertos adverbios de tiempo que pueden preceder al
verbo no finito. En islandés las cláusulas subordinadas tienen la misma
estructura básica que las principales; en otras lenguas los verbos
siempre siguen al sujeto y a cualquier sentencia adverbial. Los verbos
complejos se forman con auxiliares, como kan 'poder' e infinitivos
o con los auxiliares perfectos ha(ve) 'tener' y få 'tener'
(islandés geta) y el participio perfecto. Los verbos que indican
posición se combinan con el verbo principal, como en dano-noruego han
sitter [står, går, ligger] og prater 'él se sienta (levanta,
camina, yace)'. El islandés tiene construcciones especiales para el
presente y el perfecto (er að ganga ‘va yendo' o er buinn að
ganga, literalmente, ‘va yendo a través'). Las
grandes diferencias entre las lenguas noruega, sueca y danesa son las
siguientes:
-
El neo-noruego y el sueco usan el nominativo tras
una cópula, mientras que el dano-noruego y el danés usan el
acusativo.
-
Un pasivo complejo se forma con el antiguo
escandinavo verða (sueco varda, neo-noruego verta) o el bajo germano
bliven (danés blive, dano-noruego bli) y el participio perfecto.
-
Un participo verbal precede al objeto en sueco (Jag brände upp den/tidningen
'quemé el periódico') pero lo sigue en danés (Jeg brendte den/avisen opp)
mientras que en noruego se usan ambas posibilidades (Eg brende henne opp/Eg brende opp
avisa).
-
El pronombre reflexivo sin se usa en el
singular y plural de los sujetos, menos en danés que sólo lo usa en
el singular.
-
El artículo determinado se indica mediante una forma
ante del adjetivo y un sufijo tras el nombre, menos en islandés y
danés (ejemplos, det store [stora] huset 'la casa grande' en noruego
y sueco donde det y -et significan 'el' pero en danés el sufijo
-et
no se usa, de ahí det store hus.
-
Un posesivo puede seguir al nombre en islandés,
feroés y noruego pero no en danés o sueco (islandés hesturinn minn
'mi caballo', literalmente 'caballo mío', sueco min häst 'mi
caballo'.
-
El numeral 'uno' se usa como artículo
indeterminado salvo en islandés que no tiene tal artículo.
-
El sueco omite el auxiliar hava 'tener' en cláusulas
subordinadas (Huset jag sett 'la casa que he visto'.
El tronco cotidiano de las palabras escandinavas, incluyendo las que más
veces se repiten es indoeuropeo y germánico en su esencia. De las
doscientas mil palabras contenidas en los grandes diccionarios de cada
lengua escandinava la inmensa mayoría son compuestos o derivados de
palabras más simples o de préstamos de otras lenguas, muchas de naturaleza científica y cultural. A finales del siglo XX la
principal
fuente de préstamos en las lenguas germánicas septentrionales era el
inglés.
El islandés preservó sus poderes creativos de
lengua antigua al no permitir que se aceptaran nuevas palabras en forma no
asimilada. En todo lo posible se han creado nuevos compuestos y derivados
para evitar préstamos extranjeros. En cierta medida el feroés y el neo-noruego han seguido esa línea
aunque sin el éxito del islandés.
El danés, el sueco y el dano-noruego han adoptado numerosas palabras
germanas junto con sus prefijos y sufijos, como betale en danés y
noruego y betala 'pago' en sueco para el bajo alemán betalen.
El vocabulario del danés, sueco y noruego consiste
de un núcleo nativo, un estrato medio germánico y un estrato superior
internacional. Aunque hay algunas diferencias entre las lenguas en la
exacta composición de esos estratos, hay también un considerable
acuerdo, siendo las diferencias en palabras de origen local y en
préstamos de diferentes orígenes.
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