Familia Congo-Kordofán
Historia
La familia congo-kordofán es la dominante en el África
sub-sahariana y cuenta con más de las mitad del total de hablantes sub-saharianos.
El grupo bantú de esta familia tiene a su vez la mitad de hablantes de la
misma. Dado su tamaño e importancia, la congo-kordofán es la mejor
estudiada de las familias sub-saharianas, aunque debido a su diversidad
todavía hay mucho trabajo que hacer. Por eso, la mayor parte de las lenguas
sin describir del África sub-sahariana son probablemente congo-kordofán.
Incluye dos subfamilias: la nígero-congoleña y la
kordofana. Ésta última abarca unas treinta
lenguas y se localiza en un área pequeña al sur de Sudán, en las montañas de Nubia,
estando prácticamente rodeada por la familia nilo-sahariana y las variedades del
árabe que se hablan en la zona. La subfamilia nígero-congoleña se distribuye por casi todo el continente al sur del desierto del Sahara. Seguramente, como consecuencia de las migraciones, la subfamilia
nígero-congoleña se fragmentó en varias ramas, hará más de 5.000 años, por lo que muchas lenguas emplean palabras parecidas para nombrar objetos y acciones de la vida cotidiana; incluso algo similar ocurre con lenguas más alejadas de la subfamilia kordofana, que muestran caracteres gráficos y estructuras gramaticales próximas a las
nígero-congoleñas. En contraste con el escaso número de hablantes con que cuentan las lenguas kordofanas, cada tres o cuatro africanos hablan una lengua del entorno
nígero-congoleño. Hace más de un siglo que se conoce la relación que existe entre las lenguas de esta subfamilia. Por eso, pronto empezó a hablarse de lenguas
bantúes (porque la palabra bantú significa gente en muchas lenguas de este grupo). Las lenguas bantúes más conocidas y habladas son: el
zulú y el xosa de Suráfrica, el
makua de Mozambique, el ngamya de Malaui, el
shona de Zimbabue, el bemba de Zambia, el kimbundu y
umbundu de Angola, el
swahili y sukuma de Tanzania, el kikuyu de Kenia, el
ganda de Uganda, el ruandés de Ruanda, el
rundi de Burundi, el ngala y congo de la República del Congo y de la República Democrática del Congo, el
fang de Camerún. Ya empieza a ser conocida la producción literaria de quienes escriben en alguna lengua
bantú. Por sí mismas, las lenguas bantúes no constituyen una familia aislada, es más, podrían agruparse con otras de Nigeria como las tiv y birom. Todas se clasifican como
benue-congo, que es una rama de la subfamilia
nígero-congoleña. Se trata de la rama más numerosa de las lenguas africanas. El conjunto bantú aglutina mayor número de hablantes que todas las demás lenguas
nígero-congoleñas. Por encima del área bantú y al norte de las repúblicas del Congo, se encuentra la segunda rama de la subfamilia
nígero-congoleña, el grupo adamawa oriental. Sus miembros de mayor difusión son la zandé y la abandi; un dialecto de ésta, conocido por sango, es una
lingua franca que emplean las tribus de la República Centroafricana y cuya importancia crece día tras día. Al oeste de Nigeria se localizan cinco ramas más de la subfamilia nígero-congoleña que han recibido la denominación de lenguas sudánicas occidentales. Una de esas ramas, integrada por tres o cuatro lenguas vecinas, en el delta del Níger, son las llamadas
ijo o ijaw. En la franja que discurre desde el sureste de Nigeria hasta Liberia se localiza la rama
kwa. Abarca lenguas tan importantes como: la yoruba de Nigeria,
ewé de Togo y Ghana, baulé de Costa de Marfil, kru de Liberia, entre otras. Muchas se enseñan en las escuelas y se empieza a publicar una producción literaria escasa pero creciente. La rama gur se localiza al norte de la región lingüística kea, desde el occidente de Nigeria hasta el interior de Costa de Marfil; en ella se incluye la lengua moré de Burkina Faso, con dos millones de hablantes. La rama atlántica occidental se extiende a lo largo de la costa atlántica, desde Liberia hasta el norte del desierto de Dakar. A ella pertenecen las lenguas temné de Sierra Leona,
wolof y fulani, que es la más difundida (se la conoce también por fula, fufulda o peul). Hay dos grandes concentraciones de hablantes de esta lengua en Guinea-Conakry, y en el este de Nigeria y Camerún. Se trata de poblaciones diseminadas que viven de una incipiente ganadería, vendiendo carne, leche y mantequilla a las tribus vecinas. La fulani no es, como en ocasiones se ha dicho, una lengua semítica. Los hablantes de la rama mandé residen en lo que resta del occidente africano. Uno de sus idiomas, que recibe varios nombres como malinka,
malinke, mandinga, bambara y diola, según las áreas, cuenta con tres millones de personas, distribuidas desde Senegal hasta gran parte de Malí, Guinea y en el norte de Costa de Marfil. También se hablan lenguas mandé en Sierra Leona y Liberia. Pequeñas comunidades de hablantes de esta rama se diseminan por el occidente de Nigeria. Hace poco tiempo se ha propuesto llamar a esta rama mandekán, y parece que ha sido bien acogida la propuesta. Se cree que se trata de la agrupación más antigua dentro de la subfamilia
nígero-congoleña y que se habla desde hace 5.000 años.
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Datos
La familia congo-kordofán es la más ampliamente
difundida en África e incluye la mayoría de las lenguas de este
continente: más de mil quinientas habladas por unos 200 millones de
personas. En esta familia el pequeño grupo kordofán, con unas 30 lenguas
y 200.000 hablantes, sería una de las dos ramas que la compondrían
siendo la otra la níger-congo o nígero-congoleña. Las lenguas
kordofanias se hablan en Sudán, donde están aisladas del resto de las
lenguas de su familia por las lenguas afroasiáticas y
nilo-saharianas.
Las lenguas congo-kordofán más fuertes numéricamente
son la mandinka (3 millones de hablantes), bambara (1,5),
mende (1), dyula
(1), fula o fulani (8), wolof (2), more o
mossi (2),
ijo (1), akan (2),
ewe (1), yoruba (8), igbo (6),
efik (2), tiv (1) y las lenguas bantúes
losengo, kikuyu, kamba, sukuma, swahili,
sango, kongo, luganda, luyia,
ruandés, rundi, luba, bemba, nyanja,
makua, mbundu meridional,
shona,
tswana, sotho, xhosa, zulu,
tsonga y
ronga, cada una de las cuales tiene más
de 1 millón de hablantes. La lengua swahili es la lingua franca en
la costa este de África con más de 20 millones de hablantes.
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Dialectos
El sub-grupo bantú de la familia níger-congo cubre
la mayor parte de la mitad meridional de África y tiene 500 lenguas y más
de 120 millones de hablantes. Las lenguas bantúes se hablan en todos los
países que yacen al sur de una línea que corre desde el sudeste de
Nigeria al sudeste de Kenia. Otras importantes ramas (Atlántica
occidental, mande, gur) de la níger-congo se localizan en África
occidental, en un cinturón que corre desde Senegal a Camerún.
La rama adamawa-ubangian está al norte de la rama
bantú y se sitúa desde el este de Nigeria hasta Sudán.
Las divisiones de esta familia serían las
siguientes:
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Kordofán, rama representada por un pequeño
grupo de lenguas minoritarias habladas en Sudán y cuyo número de hablantes
no sobrepasa los 200.000. Algunas de las lenguas que
pertenecen a esta rama son la tegali (80.000 hablantes), koalib
(24.000 ) y katla (22.000).
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Mande, cuyo representante mayor es la lengua
kpelle hablada por medio millón de personas en Liberia, maninaka con
más de 1 millón y medio de hablantes de los cuales la mayoría viven
en Guinea y el resto en Guinea Bissau, bambara, hablado por 1 millón
y medio de personas en Malí, Costa de Marfil, Senegal, Gambia y
Burkina Faso, y mende hablado por más de 1 millón de personas en
Sierra Leona y una minoría en Liberia.
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Níger-Congo, rama que a su vez se subdivide
en un número muy grande de subramas y cubre la mayor parte del África
subsahariana, Sudán y Etiopía, con la excepción de las partes de Sudáfrica, Namibia, Angola y Tanzania que están ocupadas poro la
familia joisana y por el afrikáans. Las tres sub-ramas son las siguientes:
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Atlántica, cuyas lenguas se hablan en Guinea,
Camerún, Senegal, Sierra Leona y países vecinos. El principal representante
es la lengua fulacunda, con 1 millón y medio de hablantes la mayor parte en Senegal y el resto en Guinea Bissau y
Gambia; fuuta jalon con más de dos millones y medio, la mayoría en
Guinea y el resto en Sierra Leona; lenguas fulani cuyo número total
de hablantes se estima en 10 millones de personas y wolof, con 3 millones
de hablantes en los que están incluidos 1 millón que la
tienen como segunda lengua en Senegal.
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Volta-Congo, dividido a su vez en 5 grupos:
-
Kru, cuyos representantes son el
krumen
septentrional hablado en Costa de Marfil por varios miles de personas
y el krumen meridional hablado por 30.000 personas en el
mismo país.
-
Kwa, cuyos representantes son la lengua
akan,
también conocida como twi, fanti y
ashanti, con más de 4 millones
de hablantes en Ghana, éwé con dos millones de los cuales más de la mitad
viven en Ghana y el resto en Togo, fon-gbe con 1 millón
de hablantes de los cuales la inmensa mayoría viven en Benin y el
resto en Togo y balue con 1 millón y medio de hablantes en Costa
de Marfil.
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Benue-congo, grupo de lenguas que se
subdivide a su vez en once subgrupos. Está representado por
lenguas habladas en la costa del Golfo de Guinea, desde Costa de
Marfil hasta Nigeria. Los principales representantes no bantúes
son yoruba, con 16 millones de hablantes en Nigeria y algunos en
Togo y Benin, igbo, 12milones en Nigeria,
edo o bini, 1 millón en
Nigeria, nupe, 1 millón en Nigeria, efik, hablado por 36.000
nativo hablantes de los cuales la mayor parte viven en Nigeria y
el resto en Camerún, pero también hablado como segunda lengua
por 3 millones y medio de personas, y katab con más de 30.000
hablantes en Nigeria. Un importantísimo
subgrupo de esta rama es
la
bantú, que contiene un gran número de lenguas y ocupa más
territorio que todas las demás lenguas nígero-congoleñas
juntas. Se cree que las lenguas bantúes se originaron en el
centro de Nigeria y luego se expandieron hacia Sudáfrica. La
mayor parte de las lenguas habladas por gran número de gente
pertenecen al grupo bantú. La lengua swahili es hablada como
lengua materna por 1 millón y medio de personas pero por 30
millones como segunda lengua, aunque según otras fuentes serían
50 millones, siendo lengua oficial en muchos países de África
oriental y lingua franca en regiones aledañas. Shona, hablada por
7 millones de personas de las cuales 3 millones viven en Zimbabue
y el resto en Zambia y algunas en Mozambique. Ruandés o
kinyaruanda con más de 6 millones de hablantes de los cuales 5
millones viven en Ruanda, casi 1 millón en Uganda, 250.000 en
Zaire y 100.000 en Tanzania. Kirundi, con 5 millones principalmente
en Burundi y algunos en Tanzania; esta lengua es mutuamente
inteligible con la ruandesa y es una variedad de la misma lengua. Zulu,
con más de 6 millones de hablantes, de los cuales la mayor parte
viven en Sudáfrica y minorías en Malaui, Swazilandia y Lesotho.
Xhosa, con más de 6 millones en Sudáfrica. Gikuyu o kikuyu
con 4 millones y medio en Kenia. Tswana con 3 millones y medio de
los cuales 2 millones y medio viven en Sudáfrica, casi y millón
en Botsuana y el resto en Zimbabue y Namibia. Kongo o kikongo,
hablada por más de 3 millones de personas de los cuales 1 millón
viven en Zaire y Angola y el resto en Congo. Stho meridional, con
más de 3 millones de hablantes de los cuales casi 2 millones viven en
Sudáfrica y el resto en Lesotho. Ganda, con casi 2
millones y medio de hablantes de los cuales la mayoría viven en
Uganda y el resto en Tanzania. Swazi o swati, hablado por más
de 1 millón y medio de personas de los cuales casi 1 millón
viven en Sudáfrica y el resto en Swazilandia.
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Dogón, cuyo representante es la lengua dogón,
hablada por medio millón de personas de las que más de la
mitad viven en Malí y el resto en Burkina Faso.
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Volta-Congo septentrional, que consiste de
dos grandes grupos:
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Gur, cuyas lenguas se localizan al este
del grupo Mande en Ghana septentrional y el Alto Volta. El principal
representante es mooré o mossi, con 4 millones de
hablantes de los cuales la mayoría viven en Burkina Faso y
el resto en Togo.
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Adamawa-Ubangi, cuyas lenguas se hablan en
Nigeria, Camerún, República centroafricana, Zaire septentrional
y Sudán occidental. Representantes de estas lenguas son gbya, con 1
millón de hablantes de los cuales las
tres cuartas partes viven en la República Centroafricana y
el resto en Camerún, ngbaka, con 1 millón de hablantes de
los cuales las tres cuartas partes viven en Zaire y el resto en la República Centroafricana y masana con 150.000 hablantes
en Camerún.
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Ijoid, que consiste de lenguas como ijo, con
medio millón de hablantes de diferentes variedades y defaka,
ambas hablas en el delta del río Níger en Nigeria.
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Escritura
Gramática
El tono es un importante mecanismo en cientos de
lenguas de esta familia, siendo usado para distinguir significados y
modelos gramaticales, siendo la mayor parte de las lenguas del África sub-sahariana
tonales.
La característica gramatical más prominente de
las lenguas nígero-congoleñas es su intrincado sistema de clasificación
nominal que generalmente se muestra en modelos de derivación
nominal de verbos. Allí donde el sistema permanece intacto
relativamente, como en muchas de las lenguas benue-congo, especialmente
las bantúes, la mayoría de las gur y las atlánticas y parte de las
kwa, adamawan y ubangi, la característica general es la complicada
clasificación de lo no humano en parejas de singulares y plurales sin
relación. La división más extensa dentro de esta rama está entre las lenguas que usan el orden genitivo
poseído-posesor, como la swahili (bantú) watoto wetu 'hijos nuestros', y
las que usan el orden posesor-poseído, como la nkonya (kwa) ane nyebi
'nuestros hijos'. El orden posesor-poseído es característico de la kwa,
gur, kru, atlántico meridional, dogón y mande. Para las demás el orden
típico es poseído-posesor, aunque hay excepciones. El orden
posesor-poseído es un fenómeno territorial y se extiende de las lenguas
nígero-congoleñas a su vecina songhai (nilo-sahariana).
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